Recursos para padres

Soluciones prácticas para los problemas cotidianos de los padres

Objetivo del blog...

Ayudar a que todos los padres logren obtener de sus hijos lo mejor de ellos mismos pero, a poder ser, sin perder su propia cordura.

Todos los casos (o casi) que voy publicando los he experimentado con mis propios hijos.

Sé de lo que hablo.

Porque ser padre es...

el trabajo más difícil, y a la vez, más gratificante del mundo.

Dejar el biberón

Los pediatras se espantan cuando un niño de 3 años sigue tomando la leche por el biberón. Reconozco que a mi me costó tomar la decisión de quitárselo a mi hijo, porque, como todos sabemos:
  1. El biberón es cómodo. Suelen tomarlo sin rechistar, no se manchan ellos, no manchan el suelo, es rápido.
  2. Con el biberón toman más leche. Es cierto, mi hijo tomaba 330 cl. de leche para cenar cuando usaba el biberón. Un día probé a quitárselo y tomó 100 cl. de la taza, ¡y a duras penas! Así que pensé: “¿Para qué cambiar? Está mejor alimentado con el bibe.”

El pediatra me decía que iba a tener problemas de paladar, que los dientes se descolocaban y que además el biberón era un signo de bebé, no de niño grande y autónomo. Bueno, me resistí al cambio durante meses, pero por fin tomé la decisión, y no me arrepiento. Ahora puedo salir con él y no tengo que cargar con el biberón, es más cómodo no depender de él. Durante casi dos meses tomó menos leche, pero ahora ya está en su cantidad normal. Eso sí, él se ayuda de una pajita. La pajita a mi me sirvió muchísimo. Él nunca la había usado y al ofrecérsela, le gustó la idea: fue como sustituir el bibe de pequeños por la pajita de los mayores. ¡Ah, y la taza con un dibujo de Mickey (su favorito) también ayudó bastante!
Si quieres más información sobre este tema puedes pulsar en este link: http://www.serpadres.es/index.php?Itemid=21&id=1843&option=com_content&task=view

1 comentarios:

  1. Anónimo dijo...
     

    Hay que mirar lo que es bueno para el niño y no la comodidad de los padres. No me extraña que se espante el pediatra, y yo que soy psicóloga también me espanto. Hay que fomentar la autonomía, ya te lo dice tu amiga...

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